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| Noticias Manmin   No. 225 | HIT 4681 | DATE 2016-11-27
 
Una vida hermosa que persigue el valor verdadero



Analicemos la vida hermosa de los que son renovados al entender cuál es el verdadero valor de la vida; esto nos será una oportunidad para que nosotros también tengamos ese valor verdadero.


El apóstol Pablo consideró como basura todo lo que antes había considerado como precioso

Pablo era judío además de ser un fariseo que cumplía la ley a cabalidad. Él nació como ciudadano del Imperio romano y estudió con Gamaliel, el mayor erudito de la época. Todo esto le causaba gran orgullo; le gustaba ganar los debates con los demás y demostrar sus conocimientos, y no aceptaba aquello que no le parecía correcto.

No obstante, desde que conoció al Señor en el camino a Damasco, su vida tuvo un giro radical. Él llegó a considerar como basura todo lo que antes había estimado como precioso y aquello de lo que disfrutaba (Filipenses 3:7-9). Renunció a sus riquezas, su fama y su tiempo y fue víctima de persecuciones y sufrimientos que asumió con gozo porque su causa era el evangelio, y al final murió como mártir (Hechos 20:24).

El apóstol Pablo vio el Paraíso en el tercer cielo (2 Corintios 12:2-4) y fue más que suficiente para considerar toda gloria terrenal como basura (2 Corintios 11:23-28).

En este mundo el valor de las cosas cambia con el tiempo, aun el de cosas muy preciosas. Por otro lado, las cosas que Dios otorga jamás cambian; Él es espíritu.

En la medida en que aumente su fe y la bondad de su corazón, el valor del cielo también aumentará en su ser.
Si hace del cielo su meta y no va tras lo vano (Eclesiastés 1:2), podrá llevar una vida cristiana en la tranquilidad y la alegría que Dios ofrece, con gozo y gratitud. Si usted obedece la Palabra de Dios y refleja al Señor, nuestro Dios fiel cumplirá Su promesa y usted no tendrá que preocuparse por nada (Mateo 6:31-32; 7:7-11).


Nicodemo y los creyentes de la iglesia primitiva no tenían temor porque conocían la verdad

Nicodemo era un gobernante de los judíos. Él acudió a Jesús en la noche y escuchó sobre la regeneración y el secreto para la vida eterna (Juan 3:1-21). Debido a que tenía temor en su corazón, él buscó a Jesús en la noche, cuando nadie pudiera verlo.

A través de este encuentro con Jesús, Nicodemo cambió radicalmente porque obtuvo la verdad que tanto había anhelado. Posteriormente él habló de Jesús abierta y valientemente ante los fariseos que planeaban matar a Jesús, y además señaló las faltas de los religiosos (Juan 7:50-51).

Después de la crucifixión él llevó un compuesto de mirra y de áloes para el funeral de Jesús, y debido a que Su verdad era tan preciosa, Nicodemo obtuvo la valentía para hablar sobre lo que era correcto aunque eso significara la posibilidad de perder su alta posición y poder, e incluso su vida.

Lo mismo sucede con los mártires de la iglesia primitiva. A partir de la resurrección del Señor se dieron graves persecuciones contra los cristianos; los creyentes debían enfrentar mucha persecución tan solo para poder guardar su fe y eran martirizados mediante varios tipos de castigos crueles. Algunos de los mártires eran generales de la milicia o sus esposas; los martirizaban junto a los granjeros pobres y a los esclavos. Algunos eran jóvenes saludables, otros eran ancianos débiles y entre ellos había incluso niñas pequeñas. Se animaban unos a otros a no desfallecer en su fe; incluso al estar frente a leones feroces aceptaban la muerte con paz y alababan a Dios. Como fruto de su martirio sin temor, el emperador romano reconoció el cristianismo legalmente y esto permitió que el evangelio se difundiera en todo el mundo.

Aun los niños más pequeños o las débiles ancianas no muestran temor si tienen esperanza por el Cielo y amor verdadero. Por otro lado, los que van tras los deseos de este mundo no pueden tener esta valentía aunque sean personas jóvenes y fuertes.

Sin embargo, si en realidad creen en la gloria del cielo, no actuarán basados en el temor ni la duda; no temerán la pérdida de sus posesiones ni harán compromisos con el mundo. Al contrario, tendrán fe y esperanza por el cielo y amarán a Dios quien les da esa esperanza para que puedan hacerlo todo con confianza (1 Juan 4:18). Es por esto que debemos ser humildes y buscar el beneficio de los demás en todo tiempo, y ser tan valientes como los leones para la gloria de Dios.


Dos testigos comprenden el valor verdadero

El ministerio de los dos testigos que se relata en Apocalipsis 11:3-13 tomará lugar durante los siete años de la Gran Tribulación. Los testigos obrarán con el gran poder de Dios en su ministerio y la gente les temerá, pero cuando llegue el momento señalado serán capturados y martirizados por el anticristo.

Desde su niñez ambos han sido creyentes del judaísmo, pero tienen sed de la verdad en su corazón. A menudo sienten el conflicto en el corazón y se preguntan si su fe es cierta en verdad y quién es el Cristo del que hablan los cristianos. En cierto momento cercano a los siete años de la Gran Tribulación conocerán y se relacionarán con el evangelio de la santidad y comprenderán la verdad. Entonces tomarán la decisión de dar sus vidas por el Señor, y aunque sean dejados en este mundo en la Tribulación y perseguidos por el poder del anticristo, su pasión por su llamado jamás se apagará. Una vez que hayan cumplido su misión alcanzarán una posición gloriosa en el cielo.

Jesús asumió los sufrimientos de la difícil cruz sin pecado para salvar a la humanidad y Él venció la muerte y resucitó. Él nos ha prometido la gloria de lo más precioso del cielo y nos envió el Espíritu Santo.

Nuestra confesión de amor por el Señor, así como la promesa que hemos hecho de alcanzar la santificación y nuestra ardiente pasión por la Nueva Jerusalén jamás deberían cambiar.


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